lunes, 20 de octubre de 2008

Tenedor suspicaz

En ocasión del anuncio del más reciente Tenedor de Oro que otorga la Academia Venezolana de Gastronomía, afloran algunas interrogantes: ¿cuáles son los criterios para escoger a los ganadores?, ¿cuál es la metodología a seguir, qué aspectos consideran, quienes son los finalistas – si es que los hay-?, ¿Quiénes son los jueces y quién los asigna?, ¿acaso no levanta suspicacia que justamente José Luis Alvarez obtenga el premio Armando Scannone? ¿Será cierto que algunos miembros de la Academia Venezolana de Gastronomía están molestos porque se enteraron de los galardonados por la prensa nacional? Entonces, de ser cierta la última interrogante ¿cómo es el sistema de votación en una especie de grupo selecto que apenas sobrepasa los noventa miembros? Hace falta un premio de esta naturaleza en Venezuela, lástima que genere suspicacia su imparcialidad.
A los ganadores de este año, más allá de mis interrogantes, felicitaciones. Conozco de cerca el trabajo de todos ustedes y es merecido el galardón.

lunes, 13 de octubre de 2008

Cultura gastronómica ... para supermillonarios



"Con frecuencia, entre un bistrot y un tres estrellas, entre Thierry Breton y Guy Savoy, por ejemplo, usted se inclina por el primero y su pequeño restaurante, Chez Michel, al lado de la Estación Norte. ¿No teme molestar a sus lectores?

No, porque nos parecemos. Mis lectores han estado donde Guy Savoy y seguramente les pareció muy caro y sobreestimado. En cambio, tal vez, a instancias mías, estuvieron en Chez Michel, en la rue de Belzunce y les pareció formidable. Cuando echo un vistazo a sus comensales, me doy cuenta que son los lectores típicos de Le Figaro. No tengo inconveniente en hablar de lugares en donde la glotonería existe. Ésta se ha hecho popular, para nada ultra burguesa, tampoco lujosa. En todo caso, los gourmets no abundan ni en Guy Savoy, ni en el Crillon ni en el Plaza, que, para mí, son lugares de ficción culinaria: un poco abstractos, a veces buenos, terriblemente caros, lejos de nuestro alcance y del de los lectores".


Entrevista a Francois Simón. Crítico Gastronómico de Le Figaro, entrevista hecha por Ben Amí Fihman desde París. Resvista Exceso Cocina y Vino, Nro. 56 / Edición Aniversario.


Leyendo esta interesante entrevista, ha tomado cuerpo una inquietud que tenía mucho tiempo rondando en mi cabeza, pero que no había logrado definir: ¿Para quién estamos haciendo gastronomía en Caracas?

Hemos visto en las últimas semanas algunos eventos importantísimos para la "cultura gastronómica", comopor ejemplo, la cena inspirada por Scannone en el restaurant Le Gourmet, que incluía la armonía con los vinos pero rondaba los 740 BsF el cubierto. Encontramos, también, vinos cuyo costo en los locales hasta se cuadriplica con respecto al precio de venta al público.

Los restaurantes en nuestra ciudad, cada vez más, se están caracterizando por ser lugares para ver y dejarse ver, espacios que funcionan como vitrinas para la exhibición de los más modernos, selectos y atractivos looks, pero ¿dónde queda la calidad de lo que comemos? ¿Cómo queda la relación costo valor entre lo que comemos y lo que pagamos? ¿A quién tenemos en la cabeza cuando planeamos un menú, fijamos su precio y lo recomendamos? A los que puedan pagarlo, responderemos todos.

Y entonces ¿Qué hay de aquello de crear, consolidar o fortalecer una cultura gastronómica? ¿Es que sólo se puede disfrutar de la buena comida al pagar precios exorbitantes? ¿Dónde se puede comer en Caracas con una relación precio-valor justa? o ¿nuestros restaurantes son sólo para supermillonarios?