lunes, 29 de junio de 2009

Todos quieren ser Adriá



Recientemente se llevó a cabo el premio Eureka al futuro chef, evento en que participó un número importante de escuelas de cocina de Caracas y del interior del país, convocadas por la Asociación de Chefs, Cocineros y Afines de Venezuela.


Pero yo me pregunto, ¿qué tipo de profesionales estamos formando en las escuelas? ¿Qué aprenden allí los muchachos? A juzgar por los platillos elaborados en la competencia, carecen de técnica, de visión, de criterio y lo peor de todo, es que los dueños de las escuelas los enaltecen como si fueran Adriá, Bocuse, Robuchon, Ducasse, Santamaría, Arzak; creándose una especie de dinámica perversa porque los estudiantes jóvenes e inexpertos, en su gran mayoría, se deja deslumbrar por la posibilidad de una carrera, que en Venezuela se promociona como de reconocimiento rápido y con gran exposición mediática.


Nunca fue tan cierto aquello que para correr, primero hay que aprender a gatear. Entristecía ver aquellos platillos que en primer lugar, no resultaban nada apetitosos a la vista, mal cortados, terriblemente plateados. Porque lo que no se ha terminado de entender es que una escuela de cocina no forma “chefs”, le da herramientas a los estudiantes para que emprendan ese camino en los fogones, es decir, forma cocineros.


Numerosos son los casos de egresados de algunas escuelas que llegan con ínfulas de estrella a cualquier cocina y no tienen ni idea de cómo deshuesar pollo, filetear pescado o escoger los ingredientes, incluso sin conocimientos de preparaciones de cocina clásica, incluida la criolla.


Ojalá existiera un Ministerio de Educación serio que supervisara los programas de las escuelas, porque estamos hablando de la educación de los muchachos, y son pocos los que luego logran sobrevivir a sus propias escuelas y emprender una carrera sólida en el mundo gastronómico.


La iniciativa de una competencia de este tipo es buena, ojalá se siga llevando a cabo. Pero hay que enfocarse en la formación de los cocineros con mayor seriedad y visión, aclarando desde el primer día que es una carrera dura qué lo exige todo y no siempre recompensa en la misma medida. Allí tiene que poner su atención la misma Asociación de Chefs, Cocineros y Afines, el problema es “¿quién le pone la cascabel al gato?”.

lunes, 22 de junio de 2009

"The Sauna" en "The Hotel"



La semana pasada circuló ampliamente por la red una invitación al evento de vinos argentinos en The Hotel, casi todos los colegas blogger y los medios impresos hicieron eco de la misma. Hasta ahora vamos bien, además con ENTRADA LIBRE.

La historia cambiaba después de la larga cola para acceder al estacionamiento. Pero resulta que The Hotel es uno de los espacios más pequeños de nuestra caótica y congestionada ciudad, había que ver la manifestación de gente que bajaba del estacionamiento del cercano Hotel Marriott hasta la sede del evento…

Luego al entrar, cuando logre entrar, la temperatura cercana a la que se disfruta en El Cairo en los meses de verano no era la más adecuada para degustar un buen vino, y la posibilidad de desplazarse por el local era la misma que tendríamos de bailar El Lago de los Cisnes en la Estación Capitolio a las 7 de la mañana de un día laboral cualquiera…

Muy bien que mucha gente conozca algo más de vinos, pero era ese el objetivo del evento? No era acaso para fomentar las relaciones comerciales entre los dos países?

Con temor veo que estas actividades multitudinarias, que en nada ayudan al conocimiento del vino invadan nuestra Caracas… y con ansias espero que la mudanza urbana de El Vino Toma Caracas no lo convierta en el mismo caos…